sábado, 26 de marzo de 2022

🇷🇺 Putin lo hizo

Putin lo hizo. Invadió Ucrania. De nada sirvieron las medida preventivas informativas de EE.UU. para evitar la guerra. Blinken acudía más a los medios para informar de la inminente invasión rusa a su vecina Ucrania para detener a Putin. Las amenazas europeas a congelar los activos de los grandes oligarcas rusos no arredraron al nuevo Zar con ínfulas de emperador, el viejo nostálgico que quiere retornar a la grandeza de la Rusia de Catalina la Grande. Occidente midió mal a Putin y falló en todas sus previsiones.

La Ucrania de Zelesnki se siente sola y abandonada, y con razón. La diáspora ucraniana se ha desperdigado por los países limítrofes al occidente de Europa, ya se habla de crisis humanitaria. Vemos una guerra en vivo por las redes sociales pero no parece haber una respuesta contundente sobre el terreno para detener a un Putin envalentonado que ve un Occidente dividido y cansado.

Mientras tanto Occidente ve con preocupación el acercamiento de Rusia a China, su declaración conjunta en la apertura de los juegos olímpicos el pasado 4 de Febrero de 2022, donde sin ambages, plantean un duro desafío al orden internacional heredado después del final de la Guerra Fría. El matrimonio a conveniencia entre estas dos potencias deja clara su ambición: trocar ese orden establecido por un Nuevo Orden Internacional (¿con características China?).

Es posible que el escenario bélico en Ucrania sea la antesala a esa ambición de estos dos países a tomar el mundo por asalto. ¿Está Occidente lo bastante dividido y confuso para hacer frente a tamaño desafío? Porque ya no hablamos de guerras lejanas y ajenas, lo que se viene es un asalto a los valores cristianos occidentales. "Del Oriente llegarán" cita Oswald Spengler a un intelectual muy lúcido que en el siglo XIX nos previno a todos de una futura invasión a Europa proveniente desde Asia.

Si, Occidente está confuso, dividido, egocentrado, sin posibilidad de ver los síntomas de su propia enfermedad. La inmovilidad de sus miembros, que recuerda la artrosis en un hombre senil, es ya uno de sus primeros síntomas. La incapacidad de la OTAN de plantarse cara al desafío militar ruso es también sintomático. 

La Mala Hora de Occidente llega en pleno 2022, con los líderes de dos regímenes autoritarios y anti democráticos creyendo que tienen al alcance de la mano, como si de una oportunidad excepcional, mundial y única en la Historia humana, de tener el poder mundial y someter a los odiosos "bárbaros del Oeste".

Que Dios nos coja confesados como decía mi madre que en paz descanse.

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