Ya la he soñado dos veces y esto es grave: cada que sueño algo así es la confirmación de que está a punto de pasar un acontecimiento apoteósico, importante, algo que solo sucede una vez cada diez años o algo así, es como el paso del cometa Halley. Intuyo, siento, que ella es una chica importante, que apareció por alguna misteriosa razón, no quiero dejarla pasar sin averiguar qué es. Ella me causa mucha intriga, tengo unos deseos irrestibles por conocerla, por escucharla, porque me abra su corazón, por tenerla cerca, tomando un café, cenando en Creepes, o viendo una película en el cine. En serio siento que es una mujer muy especial. Algo en ella me dice que la estaba esperando durante mucho tiempo, quizá toda la vida.
¿Será posible esto? ¡Dios, enviáme una señal que yo pueda ver para entender!
Ayer la ví y cambió su look: creo que ahora tiene el cabello negro, se ve hermosa! Tiene un tatuaje en su brazo izquierdo de colores donde dice DIOS, me parece; eso es bueno, ya me dice que es creyente. Es una princesa tan bonita que se merece el mundo. (¿me permitirás dárselo? ¿Dios?).
Cómo no creer en esto si las fibras oxidadas de este sentimiento antiguo vuelven a encenderse, en realidad no estaban tan oxidadas. La maquinaría vuelve a ponerse en marcha. ¿Existe el miedo? Si, un poco, esto no sucedía hace siglos, esto se creía olvidado: 20 años de propaganda tenaz tienen más fuerza de convicción que un sentimiento, que una emoción. A fin de cuentas, ¿qué será? Willy Colón no lo pudo responder, tampoco Aristóteles. Zizek habló sobre ello.
Mafe es el nombre de esa alma hermosa en la que pienso, que se atravesó, que llegó sin avisar, que me hace escribir estas líneas, que se me metió en la mente y en el pecho. Una muchacha linda, hermosa, preciosa, especial. A quien quisiera conocer a fondo, querer, abrazar. Ahora la pregunta final:
¿Gato, te atreverás a reconocer tu destino y la invitarás a salir para averiguarlo?
Continuará....
Lee la parte I aquí
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