En momentos en que la popularidad del presidente Ivan Duque se encuentra por el suelo, justo cuando la gente comienza a adquirir consciencia social, cuando el arraigo del movimientismo colectivo empieza a hacer mella y se transforma poco a poco en algo masivo, general, en un descontento organizado hacia la corrupción del Establecimiento, se perpetra hoy, jueves 17 de enero de 2019, a las 9:30AM aproximadamente, un cobarde y execrable acto terrorista dentro de la Escuela de Cadetes de Policía General Santander con un saldo de 10 víctimas mortales y 48 heridos.
Es difícil hacer conjeturas a esta hora cuando aun permanecen tibios los cuerpos de las víctimas mortales de tan infame acto.
Hoy jueves se va a llevar a cabo un plantón para exigir la renuncia de Néstor Humberto Martínez Neira jefe de la Fiscalía General de la Nación en Colombia. Es muy prematuro pretender análisis en este momento, cuando permanecen tibios los cuerpos de las víctimas mortales. Pero al menos, podríamos hacernos algunas preguntas.
En medio del caos y de la conmoción emocional general que producen estos actos cobardes en el público colombiano, los medios de comunicación informan que se trata al parecer de un suicida que ingresó de manera irregular a la Escuela de Cadetes con un vehículo automotor y se estrelló provocando la activación de los explosivos que llevaba dentro.
Humberto de la Calle pide en su cuenta de Twitter una reflexión patriótica y cabeza fría. Pero creo que en estos momentos de pánico lo que menos tiene la ciudadanía es eso. Pero concuerdo en que esto se debe analizar sesudamente, pues aunque el impacto es fuerte para toda la sociedad, hay preguntas que deben ser contestadas.
Ante el terrorismo, firmeza. Pero también cabeza fría. No descartemos un esfuerzo supremo con visión nacional para no reiniciar una guerra atroz. Demos espacio todos a una reflexión patriótica— Humberto de la Calle (@DeLaCalleHum) 17 de enero de 2019
¿Por qué en la escuela de Cadetes General Santander? ¿Por qué en un día donde se estaba llevando a cabo una ceremonia allí?
Los medios están informando en este momento quese han abierto puestos de donación de sangre y están llamando a la ciudadanía a ir y realizar la respectiva diligencia. ¿Los hospitales en Bogotá no tienen suficientes reservas de sangre O+ y O- para atender una emergencia de 41 heridos? Todo pareciera indicar que se quiere lograr el pánico a cómo de lugar.
¿Quién querría ordenar un atentado de estas magnitudes? ¿Con qué propósito criminal? ¿Qué clase de cerebro y mano oscura y miserable podría estar detrás de este hecho cobarde?
A esta hora arden las redes sociales, arde Twitter con innumerables Hashtags de solidaridad hacia las víctimas. También pululan los mercaderes del dolor ajeno que comercian moralmente con fotos sensibles de cuerpos despedazados y desperdigados por el suelo de la escuela de policía. A ellos, un llamado a la cordura y a la decencia. El respeto por las familias de quienes murieron es un deber moral al que no podemos renunciar, por más suspicaces y sospechosos que nos queramos mostrar, y por más rabia e impotencia que pueda tener nuestro corazón en estos momentos. El plantón contra el Fiscal el día de hoy casi se desdibujó. Aún así el llamado a la protesta pacífica debe seguir en pie, la sociedad colombiana no debe amedrentarse ante nada.
Qué Dios acompañe a sus familiares en esta oscura hora de Colombia. Y que lleve ante la justicia humana, o la suya propia, a los responsables de este miserables hecho.
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