domingo, 28 de julio de 2019

🏆 Egan Bernal | Campeón del Tour de Francia 2019

Dicen que soy Millenial (aunque lo dudo, o prefiero creer que no cargo con esa verguenza), por lo tanto no me son tan conocidos nombres como Cochise Rodríguez, Lucho Herrera y otros titanes colombianos del ciclismo. Es lo que he escuchao de oídas, de mi papá, mis tíos o don Jaime que me vende cigarrillos y aromática en una de las esquinas del barrio. De fútbol sé lo básico y me gusta lo básico y juego lo elemental; de ciclicismo aún menos. En algunos años más entusiastas subía a "Patios" en bicileta casi todos los fines de semana, y lograr llegar a la cima, a la entrada del peaje, era toda una hazaña para mi, ya fumaba y el aire comenzaba a escasear llegando a la 'Paloma' y a partir de ahí el reto consistía en no dejar de peladear a riesgo de desistir abruptamente.

🚴‍♂ De fútbol sé lo básico y me gusta lo básico y juego lo elemental; de ciclicismo aún menos.

 Las primeras veces fue una tortura, pero el empeño en lograrlo era tal que no me importaba el dolor de las piernas, las tenía que obligar. Recuerdo una vez, que subí con varios compañeros del trabajo de ese entonces, iba de últimas naturalmente. Cuando ya estaba doblando las curvas finales para ver al fin la meta, un noble anciano que venía subiendo tras de mi, se hizo a mi lado y me alentaba con esta frase "Vamos pollo, vamos pollo", y el pollo llegó a la meta buscando hidratarse desesperadamente. Esa ha sido mi hazaña y experiencia más grande en ciclismo aficionado, y mi público un único anciao bonachón que me alentó hasta la última etapa.

🥇 Ver los colores de la bandera nacional en la Avenida de los Campos Elíseos, en ese atardecer hermoso y artístico que solo puede dar Paris en esta época del año, hincha el corazón de orgullo patrio...

Por eso lo de Egan Bernal hoy, 28 de julio en Paris, coronándose como el primer colombiano (y primer latinoamericano de paso) en ganar el Tour de Francia este año 2019 nos colma a todos los colombianos de alegria, de felicidad, de orgullo. Y está bien que todos nos sintamos felices de este triunfo. Aunque en rigor pareciera que no, pues Egan, como sus colegas y compatriotas, están en sus respectivos equipos todos extranjeros y no colombianos.

Ver los colores de la bandera nacional en la Avenida de los Campos Elíseos, en ese atardecer hermoso y artístico que solo puede dar Paris en esta época del año, hincha el corazón de orgullo patrio, que los canales criollos nos retransmiten esas imágenes del ardor, las lágrimas de un zipaquireño (y hoy recién me enteré del gentilicio de Zipaquirá, nunca tantas veces pronunciado en Colombia como hoy), que nos conmueven hasta los tuétanos. La pasión ensordecedora que nos inundó cuando sonó el himno nacional de la República de Colombia será recordado en los Campos Elíseos por mucho tiempo. 



El triunfo de Egan Bernal en el Tour de Francia a una edad tan temprana (22 años), representa el triunfo de los sueños por encima de la necesidad y de las condiciones adversas, con apenas apoyo de su familia, logró escalar tan alto para llegar a su meta. Es un ejemplo para las nuevas gerenaciones y un mensaje, a pesar de nuestro propio país, que no hay absolutamente nada que nos detenga para lograr lo que queremos lograr, ni aun una estructura política podrida y corrupta. 

Y a propósito de esto último, este épico y mítico triunfo de Egan debería llamar la atención de las autoridades (aunque probablemente no lo hará) para apoyar más al deporte nacional, a los deportistas, elevar el presupuesto de los departamentos y entidades que deberían apoyar más a los chicos y chicas que quieran cumplir sus sueños (Coldeportes). Pero lamentablemente todo ello corre el riesgo de convertirse en un foco de corrupción (como todo lo que tiene el toque de la política en Colombia).

A pesar de todo, el mensaje es contundente: niños, se puede, a pesar del Estado corruptor, de las desaveniencias de algunos alrededor de ustedes, con frases trastocadas como: eso es para otros, usted no puede, aquí en Colombia no hay futuro, etc, etc, etc; el mensaje demoledor de Egan es que sí se puede.


En un país como el nuestro, COLOMBIA, tan acostumbrados como estamos a tener noticias negativas todos los días: robos, atracos, delincuencia común, corrupción campante y descarada, políticos, senadores y expresidentes responsables de graves delitos y hoy gozando de total impunidad, asesinatos de líderes sociales. En un país donde la desesperanza parece ser la norma, donde la obligación es hacerse trocha como uno pueda en medio de esta selva llena de maleza y corrupción. En medio de toda este alud prácticamente diario de mala vibra y desafectación, una cosa como que el nombre de Colombia esté en el Olimpo del ciclismo mundial es una de las cosas más bonitas que podemos vivir como sociedad, que ayuda a cohesionarnos, mientras un político quiere y busca deliberadamente lo contrario.

Así que sí, en medio de tanta tragedia que nos mantiene en un luto casi permanente, una brochada de felicidad no nos queda mal de vez en cuando. 
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