💥 Misiles de EE.UU. dan de baja a Qasem Soleimani

El Departamento de Defensa de EE.UU. confirma la muerte del general Qasem Soleimani, líder de las fuerzas Quds de Irán, ocurrido en un bombardeo de EE.UU. cerca del aeropuerto de Bagdad, en Irak. Soleimani organizaba las milicias iraníes en Irak. Muy probablemente habrá respuesta. Esto es grave.

 

Qasem Soleimani

 ¿Por qué sucede esto en pleno año electoral del país norteamericano y en pleno proceso de 'Impeachment' de Donald Trump? Hasta el momento en que se escribe esta columna los hechos siguen siendo confusos. La Casa Blanca ya ha emitido un comunicado en que confirma que las tropas de EE.UU. han dado de baja a Soleimani en represalía por ataques de milicia pro-iraníes a la embajada norteamericana en Bagdad.

 

 Pero vamos por partes y desde el principio saber cómo se llegó a esta situación:

 

Se complica gravemente la situación entre Irán y Estados Unidos. Todo tiene como trasfondo las protestas masivas en varias ciudades de Irán contra el régimen de los ayatolas. Las tropas iraníes han matado a más de 1500 manifestantes pacíficos. El asunto se extendió. En Irak operan muchas milicias pro-iraníes, de modo que las manifestaciones en contra de los ayatolas y sus esbirros se extendieron a Bagdad. Las tropas apoyadas por Irán han secuestrado y asesinado a muchos manifestantes iraquíes. En medio de esa tensión alguien cometió un error impensable.

 

El pasado 27 de diciembre de 2019, una de las principales milicias pro-iraníes disparó un cohete contra tropas estadounidenses, y en el ataque murió un contratista norteamericano. Estados Unidos anunció represalias, que se llevaron a cabo dos días después. La represalia fue un bombardeo contra 5 posiciones de dicha milicia llamada Kataeb Hezbollá, o Brigadas de Hezbollá, y que obviamente tiene vínculos con el grupo terrorista que controla la política en Líbano. El ataque dejó a 25 milicianos muertos. Los grupos pro-iraníes decidieron tomar su propia represalia, y antier y ayer hubo ataques contra la embajada de EE.UU. en Bagdad. El más grave fue el del martes, que dejó destruida toda una sección de la construcción, aunque no hubo víctimas.

 

Trump advirtió que Irán se había pasado de la raya, y que la represalia estadounidense sería contundente y letal. Y lo cumplió: En un bombardeo ocurrido hace unas horas en el aeropuerto de Bagdad, fue eliminado Qassem Soleimani, una ficha de primer nivel. Soleimani era el máximo líder de las Fuerzas Quds de Irán. Es decir, el máximo militar, el más cercano a los ayatolas, y en términos simples el segundo hombre más poderoso de Irán. Su eliminación representa un golpe durísimo para el régimen, que no la pasa muy bien estos días.

 

 

Las protestas masivas en Irán contra el régimen tienen su origen en una aguda crisis económica que desde hace varios años afecta a la sociedad iraní. Dicha crisis es resultado del pésimo manejo de la economía que han hecho los ayatolas. La economía es una ciencia, y dificilmente puede estar en manos de un grupo de religosos. Otro problema que tiene Irán es que su economía está petrolizada. Es decir, depende del precio del petróleo. Depender del petróleo es otro error terrible, y la caída en los precios que se viene sintiendo desde hace unos 5 o 6 años ha hundido las finanzas de Irán. Además y como si eso fuera poco, el régimen iraní ha gastado a manos llenas.

 

 

Hoy por hoy, Irán tiene el plan expansionista y colonialista más ambicioso en Medio Oriente. Ya impuso su control sobre Líbano, Siria, amplias zonas de Irak, y está tratando de imponerlo también Yemen. Su objetivo siempre ha sido crear un especie de pinza. El plan es rodear a Arabia Saudita e Israel, sus máximos enemigos (por cuestiones religiosas). Lo peor de la crisis iraní comenzó con la Primavera Árabe hace unos 8 años, ya que Siria estuvo a punto de caer.

 

Las manifestaciones en Damasco estuvieron a punto de tumbar a Bashar el Assad, peón de Irán, y pieza indispensable para que Siria funcione como conexión terrestre entre Irán y Hezbollá (Líbano). Es básico para surtir de armas a ese grupo. Los ayatolas han tenido que invertir mucho dinero a la guerra civil en Siria para mantener a Assad a flote. Rusia se involucró, pero no hay que creer que por afinidad ideológica. En realidad, a Putin no le importa la ideología de los ayatolas.

 

Rusia se involucró en la guerra civil en Siria porque ha sabido sacar beneficio económico de la situación. Todo el dinero que Irán ha gastado a lo bruto en esa guerra, lo ha cobrado Rusia, otro país con una economía petrolizada, frágil y siempre en riesgo de entrar en crisis. La postura conveniente de Rusia se ha hecho evidente en todos los bombardeos israelíes contra posiciones iraníes en Siria: nunca hizo nada por evitarlos. Israel ha podido destruir instalaciones iraníes a placer sin que nadie se meta o se queje.

 

 

Por supuesto, quienes realmente se han visto afectados en sus bolsillos han sido los iraníes, que ya están cansados de que los ayatolas se gasten el dinero en Assad o en los palestinos, y sigan ahondando la crisis al interior del país. Pese a las sanciones norteamericanas, la crisis iraní ya existía desde tiempos de Obama, un presidente que fue abiertamente anti-israelí y pro-iraní. Obama retiró las sanciones y dejó que Irán hiciera lo que quisiera, y aún así la crisis no aminoró. Siguió incrementándose. Por eso el pueblo iraní siguió manifestándose.

La tensión acumulada durante todos estos años entre Irán, Siria, Hezbollá y varias guerrillas palestinas contra EE.UU., Arabia Saudita e Israel, siempre ha tenido al Medio Oriente en el riesgo de una guerra. Aun así Israel y EE.UU. nunca se arriesgaron a atacar directamente a Irán.
Un ataque directo en territorio iraní le habría dado un pretexto a los ayatolas para apelar al clásico "nos están atacando, unámonos".

 

Por eso, EE.UU. e Israel se han mantenido ajenos al conflicto en territorio iraní, para dejar que la propia convulsión social que se vive allí provoque el derrocamiento del régimen. En ese marco, Soleimani cometió un error imperdonable. Recibió en el aeropuerto de Bagdad a importantes aliados, incluyendo un alto funcionario de Hezbollá (se había rumorado que era el mismo Hassan Nasrallá, máximo líder, pero esa información aún no se ha confirmado). Y fue un error porque se expuso FUERA del territorio iraní. Ahí fue donde un ataque con bombas por parte de los marines de EE.UU., lo ejecutaron. Y el régimen de los ayatolas no puede apelar al "nos están atacando", porque no hubo afectaciones en territorio iraní. Así que la población iraní no se va a dar por aludida. Mientras, la población iraquí festeja.

 

 Y es que Soleimani era odiado en Irak por ser el máximo jefe de las milicias que han secuestrado y asesinado a muchos manifestantes en Bagdad y otras ciudades. Ahora la pregunta es si esto puede conducir a una guerra abierta.

 

Y sí. Seguro que sí. Irán no está en condiciones de enfrentarse a EE.UU., Arabia Saudita e Israel (los países que se verían arrastrados a la confrontación), pero está gobernada por líderes religiosos que nunca se han caracterizado por su sensatez. 

 

Probablemente Rusia no se va a involucrar para defender a Irán. Tal vez opine y se queje, pero más por protocolo que por militancia. Putin no tiene dinero para un conflicto de gran envergadura que, además, no está dentro de sus intereses ni de los intereses nacionales de Rusia. No ganaría nada. Al contrario: podría llevar a su país a un quebradero de cabeza en lo económico y en lo social, además de alentar los movimientos separatistas dentro de su propio territorio y perdería prestigio internacional.

 

Si EE.UU., Israel y Arabia Saudita se coordinan bien, pueden aplastar fácilmente a Irán. Si Arabia Saudita es atacada, es seguro que Pakistán (aliado incondicional de los saudíes) entraría en una eventual confrontación (recordemos que Pakistán posee armas nucleares). Es decir, sería un error suicida por parte de Irán ir a la guerra. 

 

Pero el fanatismo religioso nunca ha sido buen consejero, y mucho menos en política. Así que habrá que estar pendientes. 

 

Seguiremos informando mis Queridos Gatos Capitalistas.